El Apalpador representa la figura mítica de un Carbonero que según la tradición baja de las dehesas la noche del 31 de diciembre para tocar el vientre de los niños y comprobar si han comido lo suficiente durante el año, dejándoles un montón de castañas, eventualmente algún regalo y deseándoles un nuevo año lleno de felicidad y de alimentos.
Es una figura popular en las montañas al este de Galicia (O Courel, Terras de Trives, O Bierzo), que se mantuvo en el olvido bajo la influencia de personajes de otras culturas. Hoy en día está en proceso de recuperación.